09 mayo, 2017

Navarra en 4 días: Visita a Olite y las Bardenas Reales

Viernes, 14 de abril de 2.017

Nos levantamos sobre las 8 h, y nos dimos prisa para arreglarnos...¡Hoy iba a ser un gran día!. Visitaríamos Olite por la mañana, y las Bardenas Rales por la tarde. 

visita olite y las bardenas reales navarra
Antes de bajar a desayunar, aprovechamos a hacer unas fotos, y contemplar las preciosas vistas desde la terraza de nuestra habitación.






A esas horas aún hacía fresco, pero me parecía un sitio encantador, y aunque no pudimos disfrutarla... ¡Igualmente nos hizo mucha ilusión!

Nuestra habitación estaba muy bien: grande, camas muy cómodas, un baño súper completo, y también teníamos una mesa y sillas, tanto dentro como en la terraza. 

Os pongo unas fotos que hicimos nada más llegar, y que ¡siempre nos gusta tener de recuerdo!





El desayuno lo servían en una bonita sala de la planta baja del hotel. Tenían un horario bastante amplio: 8-11 h, y el buffet, es de los hoteles que más me han gustado

Bastante variedad, buena calidad y sin aglomeraciones. Además, había una de esas cafeteras con un montón de cápsulas de diferentes clases de café para elegir! A mí esto me encantó...

Nos pusimos en ruta, y en unos 40 minutos llegamos a Olite. Dejamos el coche en un parking a la entrada del pueblo, y nos fuimos andando hasta el centro, que al ser pequeño, se llega enseguida.


Olite


Teníamos reservada a las 12.30 h, la visita guiada familiar del Palacio Real de Olite, y como aún teníamos tiempo y nos pillaba de paso, entramos en la oficina de turismo, a coger un mapa del pueblo y algún folleto turístico.

Era viernes santo, y había muchísima gente, así que aunque aún quedaba una media hora, nos dirigimos al Palacio para informarnos dónde entrar y canjear nuestra reserva.

Había una cola enorme para entrar, así que menos mal que no tuvimos que esperar nada. 



Las entradas las compré un mes antes de ir, desde esta web, y nos costaron en total: 13,50 (4,50 € cada uno. Los niños hasta los 3 años, entran gratis). Hay muchas más clases de visita: por libre, guiada general, teatralizada, etc...Y en fechas de fiesta, conviene reservar, pues ese día había realmente una masificación de turistas.

Entramos por otra fila directamente, nos pusieron unas pegatinas para identificarnos en el grupo, y a la peque la dieron una carpeta con pinturas y actividades relacionadas con la visita. 

En unos minutos, llegó nuestra guía. Iba disfrazada, y traía varias láminas con dibujos, que nos enseñaba según iba explicando las estancias del Palacio. Hacía muchas preguntas a los peques, así que el recorrido se hizo muy ameno.

La visita dura unos 45 minutos, y es totalmente recomendable si vais con niños. La guía va contando la historia como si fuera Doña Blanca, la madre del príncipe de Viana (nieto de Carlos III).

Nos fue explicando de forma muy animada un poquito de la historia sobre la corte de los Reyes navarros, y nos dijo también que a parte de ser un palacio, también fue considerado castillo.

Nos fue enseñando varias de sus estancias:

La sala de los arcos, que servía para sujetar el jardín de la reina. Se la conoce también como la cueva de los murciélagos.

La sala de la reina

La sala del Rey, una de las más grandes, y dónde se celebraban las fiestas y banquetes.

La galería del Rey: esta estancia está rodeada de unos preciosos arcos góticos, y fue una de las que más me gustaron!







El jardín de la reina: está construido a modo de claustro, y es unos de los lugares más resguardados del viento. Está considerado como un jardín colgante, pues está situado a varios metros de altura. Es un lugar precioso, y lleno de paz.











La torre de las tres coronas: fue la sala de juegos del palacio, y hay un pasillo tan estrecho donde sólo pueden acceder los niños!




♥ Desde aquí se puede ver el pozo de hielo, más conocido como "el huevo". Está excavado en el suelo a 8 metros de profundidad, y servía para mantener los alimentos y productos frescos.


Después de la visita, hay tiempo libre para visitar y subir al resto de torres: del Aljibe, de la Atalaya, de Fenero, del homenaje.







Las vistas desde arriba del palacio son preciosas, y la pena que nos quedó, es que había muchísima gente... De echo, nos dijeron que el viernes santo es uno de los días que más visitas recibe Olite al año.






En el patio del Castillo, justo cuando termina la visita, se puede ver un árbol (una morera), que ha sido declarado monumento natural, por sus dimensionaes e historia. Algunos historiadores le atribuyen cinco siglos de existencia, aunque no se ha podido confirmar.



Para subir a las torres había muchas colas, y no teníamos mucho tiempo, ya que también queríamos disfrutar y recorrer las calles del pueblo... Así que ya tenemos una excusa para volver!







Conclusión final: ¡¡¡¡os recomendamos no visitarlo en día festivo!!!!

Después de la visita del palacio, nos dimos un paseo por sus calles principales: Rúa de San Francisco y Rúa Mayor. 

También recorrimos la Ronda del Castillo, dónde podéis ver perfectamente el "huevo" y tener una perspectiva muy bonita del palacio. Por allí tomamos un refresco, e hicimos bastantes fotos!!!







Para terminar nuestra visita en Olite, volvimos a la plaza de los Teobaldos, dónde pudimos ver por fuera el Palacio viejo, hoy parador de turismo, y que es la parte más antigua del castillo-palacio.





Justo al lado, se encuentra la Iglesia de Santa María. No entramos, pero pudimos observar de cerca su imponente portada gótica.






Como nota curiosa, en frente de la iglesia, hay un cartel que señala que Olite fue escenario de grabación de la famosa serie española "Los Borgia". El Palacio estuvo unos días cerrado al público durante el rodaje.

En definitiva, me pareció un pueblo precioso y con mucho encanto, pero quizá demasiado masificado, en comparación con los pueblos que visitamos el día anterior.





De camino al coche, compramos unos bocadillos, y rápidamente nos fuimos camino a las Bardenas Reales, dónde teníamos prevista una visita privada a las 16.30 h.


Bardenas Reales


Tardamos unos 45 minutos en llegar, y tuvimos el tiempo justo para entrar al punto de información de Bardenas a coger un folleto, y refrescarnos un poco, ya que que a la hora en punto llegaba nuestro guía.

De la visita a las Bardenas, ya os hablé en este otro post, pues fue una experiencia tan bonita y espectacular, que necesitaba mucho más espacio para contaros, con todo lujo de detalles, nuestro recorrido por este precioso parque natural.



 
Cuando terminamos la visita, ya eran las 20.30 h, así que nos pusimos rápidamente en ruta, ya que hasta nuestro hotel había 1 hora de trayecto, y la peque ya estaba cansada. Había sido un día de mucho ajetreo... ¡pero mereció la pena!



Cuando llegamos al hotel, y después de una buena ducha (Valeria se rebozó en la arena de las Bardenas...), teníamos hambre, pero no nos apetecía arreglarnos para salir a cenar, así que Rubén bajo al bar, y subió unos sándwiches y croquetas muy ricas, y cenamos tranquilamente en nuestra habitación.

Nos acostamos ya un poquito tarde, pero al día siguiente no había que madrugar mucho, pues pasaríamos el día en "Sendaviva", y el parque no abre hasta las 11 h. Éste iba a ser un día más tranquilo, y ¡para el disfrute exclusivo de la peque!



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