04 diciembre, 2017

Road Trip Normandía-Bretaña: Fougères y su impresionante castillo de cuento

Sábado, 5 de Agosto de 2.017

Hoy era nuestro último día de ruta por Normandía, y para ello teníamos reservada la visita a uno de los lugares más impresionantes y enigmáticos que jamás he visto... pero antes, nos quisimos desviar un poco y visitar Fougères, un precioso pueblo medieval situado en la frontera entre Normandía y la Bretaña Francesa, y que además estaba a una media hora de nuestro siguiente destino.

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Fougères pertenece a la Bretaña Francesa, y se encuentra a 1 hora y media de Caen, donde habíamos dormido esa noche. En principio teníamos pensado combinar la visita junto con la de Vitré, otro precioso pueblo situado muy cerca de éste, pero al final Fougères nos gustó tanto, que quisimos exprimir nuestra visita al máximo y ver todo con calma, y eso nos ocupó más tiempo del que habíamos previsto.

Nada más llegar encontramos sitio en un parking gratuito, así que sin pensarlo dos veces, dejamos el coche y nos situamos con el mapa a ver dónde estábamos...Concretamente en: place du Grande Douve, en la parte alta de la ciudad, que además resultó ser un lugar perfecto y muy céntrico para aparcar.

Fougères está dividido en 2 zonas: "La ville basse" (ciudad baja) y "La ville haute" (ciudad alta). Es un pueblo muy conocido por su imponente castillo, pero también cuenta con varios espacios verdes y unas calles realmente bonitas. Sin duda, os recomiendo recorrerlo tranquilamente y descubrir sus muchos tesoros y callejones ocultos.

Este fue nuestro recorrido:

 

LA VILLE HAUTE


Desde finales del siglo XII, las clases más acomodadas se instalaron en la parte alta del pueblo, también conocida como burgo nuevo, la cual fue posteriormente protegida con murallas. Esta zona me encantó, ya que a aparte de ser tranquila, ¡las vistas desde aquí son realmente impresionantes!

Es un buen punto de partida para empezar a recorrer Fougères, ya que aquí se encuentra la oficina de turismo, concretamente en la: rue Nationale nº 2. Nosotros entramos a ver si había algún folleto o mapa diferente al que nos habían mandado por correo, pero no tenían nada nuevo. Aquí tenéis su web, por si queréis solicitar información antes de ir.


♥ Nuestra primera visita fue a la Iglesia de Saint-Leonard. Es de estilo gótico flamígero y a lo largo de su historia ha sido modificada en varias ocasiones, siendo también ampliada en el siglo XIX.




Lo que más nos impresionó fueron sus bonitas vidrieras, que con la luz del sol, creaban unos juegos de colores preciosos... Destaca también su gran rosetón de 6 metros de diámetro.










Estuvimos un buen rato esperando a ver si venía algún empleado para preguntar si se podía subir a la torre, pero en las dos ocasiones en las que entramos, no vimos a nadie😣. Había leído que en verano sí se puede subir, pero al final nos quedamos con las ganas....

Vimos también una puerta que daba a un jardín, así que salimos a cotillear un poco, pero no tenía salida y tuvimos que volver a entrar a la Iglesia.





♥ Saliendo de la iglesia y a escasos metros, hay una cuesta que indica la entrada de: El jardín público, un precioso espacio verde desde donde se obtienen las mejores vistas de el castillo y una preciosa panorámica del barrio medieval. 

Cuando estuvimos nosotros lo estaban reformando, así que no pudimos disfrutar mucho ni verlo en todo su esplendor... ¡¡¡pero sí de las vistas!!!





Desde este jardín del siglo XIX se puede llegar a la parte baja del pueblo mediante unas escaleras: "Escalier de la Duchesse Anne". Nosotros estuvimos un buen rato haciendo fotos, y volvimos de nuevo a la Iglesia de Saint Leonard, ya que aún nos quedaban cosas que ver en el barrio alto.






♥ Estuvimos paseando por la "rue Lesueur", "rue Chateaubriand" y finalmente llegamos a la "rue Nationale", donde encontramos una acogedora creperie para comer: "La Galette Du Beffroi". Era un local pequeñito pero con mucho encanto, y además los precios bastante asequibles. Comimos 3 menús con bebida, una galette y postre por 28,20 €, y además estaba todo riquísimo.





♥ Después de comer y en la misma calle, fuimos a ver el "Beffroi", una atalaya de vigilancia de 1397, la más antigua de Bretaña y todo un símbolo de Fougères. También sirvió algunas veces de reloj. El entorno además es idílico para pasear...





♥ Un poco más adelante, se encuentra el Teatro de Víctor Hugo (justo al lado de la oficina de turismo). Se inauguró en 1886 y después de varios años cerrado, volvió a abrir sus puertas en 2001. Su nombre es en honor al escritor francés Víctor Hugo, quien se dice que estuvo enamorado de una vecina de Fougères.





Desde allí fuimos por la "rue de la Pinterie" hasta la parte baja de la ciudad, una bonita calle que transcurre alrededor de las murallas, y desde donde podréis disfrutar de unas vistas muy originales del barrio medieval y del castillo.





















 

LA VILLE BASSE


La ciudad baja, también conocida como el barrio medieval, es donde vivían los comerciantes, curtidores y los molineros de Fougères. Hay muchas casas de entramado de madera, y algunas datan de los siglos XVI y XVII.




♥ Nuestra primera parada fue en la Place Pierre Symon, donde se encuentra la taquilla y oficina de información del Castillo de Fougères. La entrada cuesta 8,50 €, y los niños menores de 6 años entran gratis.

♥ Después de comprar los tickets, nos dirigimos hasta la entrada del Castillo, y atravesamos la "torre de Hallay", desde donde se puede ver las ruedas del molino. Al entrar hay un stand en el que te dan un mapa y una audioguia gratuita, y donde también se pueden dejar las sillas de paseo de los niños.







El castillo de Fougères es unas de las mayores fortalezas de Europa, y fue construido para defender el Ducado de Bretaña entre los años 1000 y 1500. Está muy bien conservado, y es una forma estupenda de conocer cómo eran las construcciones de la Edad Media.





Nosotros hicimos la visita por libre, y mínimo te lleva alrededor de una hora y media. También hay posibilidad de hacer visitas guiadas, pero yendo con niños me parece mucho más cómodo hacerlo por tu cuenta. 

Con la audioguia y el mapa te puedes enterar perfectamente de la historia y ver las partes más importantes del castillo, y también os podéis descargar una APP en español antes de ir desde AQUÍ.






Además se puede subir y entrar a varias de las torres, desde donde hay unas vistas preciosas... Para los niños esto es además toda una aventura!! Y las vistas de la Iglesia de Saint-Sulpice desde arriba del castillo...¡son las mejores! También se puede bajar a la zona del patio de armas.








El castillo también tiene un recorrido especifico para niños a partir de 6 años, que les permitirá descubrir la historia del castillo de una manera lúdica y muy divertida.













♥ Una vez terminamos el recorrido del castillo, nos dirigimos hacia la puerta de Notre-Dame, la única que queda en Fougères (al principio eran cuatro). Desde aquí se pueden ver mucho mejor las ruedas del molino, que desde el siglo XII fucionaron para fabricar harina gracias a la fuerza del agua del río Nançon.




♥ Por la rue le Bouteiller llegamos hasta la iglesia de San-Sulpicio, no sin antes hacer unas cuantas fotos y disfrutar de este entorno tan idílico y tranquilo de Fougères. Incluso nos acercamos a tocar el agua del río, ya que a la peque la hacía bastante ilusión!


La Iglesia de Saint-Sulpice fue construida a mediados del siglo XI para los habitantes de esta parte de la ciudad, y en siglos posteriores fue ampliada varias veces. Destaca por su impresionante torre, y merece la pena entrar para contemplar sus bonitas vidrieras de colores y dos magníficos retablos del siglo XV. La entrada es gratis.







Después de visitar la iglesia, estuvimos paseando por las calles del barrio medieval: rue du Nançon y rue de Savigny, y descubrimos casas y lugares preciosos que merece la pena visitar. Y desde allí subimos por las escaleras de la Duquesa Ana hasta el Jardín Público, eso sí...¡¡la subida es algo durilla!!

En Fougères también hay un pequeño tren que sale desde el castillo y llega hasta la ciudad alta, parando en el jardín público. Es una buena opción si vais con niños y sin tener que andar mucho.

Y otro paseo que se nos quedó pendiente, es: "La carriere du rocher coupé" (la cantera del Rocher coupé), un camino alrededor de la cantera que ofrece puntos vista muy bonitos del castillo y también de la ciudad y del lago de Fougères.





Volvimos a pasar por la iglesia de Saint-Leonard y desde allí fuimos por "rue de Verdun" hasta el aparcamiento, pues teníamos muchísimas ganas de coger el coche y llegar a nuestro siguiente destino... Era uno de los sueños viajeros de Rubén desde pequeño, y un lugar que sin duda deja huella... ¿Os imagináis cuál es?

Os lo contaré todo en el próximo post!






1 comentario:

  1. Muchas gracias por este artículo, Marta. Estoy preparando un viaje por Bretaña para este verano y me ha sido de mucha utilidad.

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