14 enero, 2018

Road Trip Normandía-Bretaña: Saint-Suliac, el pueblo de los pescadores

Domingo, 6 de Agosto de 2.017  
 
Después de visitar Dol de Bretagne, nos fuimos hasta Saint-Suliac, un precioso pueblo al que llegamos en menos de media hora, y que se encuentra a unos 13 km de Saint Malo, donde íbamos a dormir las próximas dos noches.
 
Saint-Suliac forma parte desde 2.001, de la asociación de los pueblos más bellos de Francia ("Les plus beaux villages de France"), y realmente es un título muy merecido.

GUIA VISITAR SAINT-SULIAC BRETAÑA FRANCESA

Se encuentra a orillas del río Rance, muy cerca de su desembocadura, y es conocido por sus famosas "ruettes", que es así como llaman a sus calles, por lo estrechas que son la mayoría.




Saint-Suliac es un pueblo de pescadores principalmente, y muy famoso por las redes de pesca que cuelgan de las fachadas de sus casas, que se ponían ahí para secarse. 

La mejor forma de conocerlo es perdiéndose por sus calles, sin rumbo fijo, y contemplar sus preciosas casas de granito, la mayoría decoradas con multitud de flores de colores.



Qué hacer en Saint-Suliac 


Visitar la Iglesia: a principios del siglo XI, durante la época romana, ya existia una capilla en Saint-Suliac, pero fue en el siglo XIII cuando se construyó la actual Iglesia de estilo gótico.







Por dentro es muy sencilla, pero merece la pena entrar y disfrutar de la belleza de este templo, declarado monumento histórico.




En la parte trasera hay un pequeño cementerio.


Pasear a orillas del río Rance: el paseo transcurre desde "Quai des Lanconniers" hasta "Quai de Rance", y es una delicia contemplar las barquitas y disfrutar del ambiente.





A estas barquitas se las conoce como las "dory". Estos pequeños barcos de origen americano, fueron utilizados para pescar bacalao en las orillas de Terranova. Todavía están presentes en las orillas del río Rance, y ahora se utilizan con fines lúdicos y de placer.






También hay una pequeña playa de arena, que cuando sube la marea... ¡¡¡desaparece totalmente!!! 

Si hace buen tiempo y vais con niños, tenéis que aprovechar para que se den un chapuzón y coger conchas, que había muchísimas...¡Nuestra peque se lo pasó genial! Además el agua es muy tranquila, por lo que fue la playa que más la gustó del viaje.









Estatua de la Virgen de la Bosse: Fue instalada durante una ceremonia el 1 de marzo de 1908, y se encuentra en una pequeña colina rocosa hecha de cuarzo del Mont Garrot.



También se la conoce como la virgen María de los marineros, y recuerda a la gruta de Lourdes.

Rue aux Besniers: en esta calle hay varias casas que datan de finales del siglo XVII. En las esquinas de algunas de ellas, se pueden ver cabezas de granito talladas, situadas concretamente en: Passage de la Grande Fontaine, ruette Dom Jean y también en un escalón de la calle jerzual.

Estas esculturas podrían haber venido de un antiguo monasterio que se encontraba en el pueblo en el siglo VI.

Impasse des Chateaux: en esta calle se puede ver una puerta antigua con una forma original, está redondeada a cada lado, para facilitar el paso de barriles en el pasado.

Ruette du petit puits (callejon del pequeño pozo): en esta calle hay una especie de pozo, que según una leyenda, se dice que daba acceso a un túnel que conducía hasta la iglesia.

Es un verdadero placer pasear por este bellísimo pueblo de la Bretaña francesa, con preciosas casas decoradas con motivos marineros y religiosos, y perderse por sus estrechas calles llenas de rincones mágicos.








A parte de las redes de pesca y flores de mil colores, se pueden ver en las fachadas de algunas casas, estatuas de la Virgen María, también conocida como la "Virgen de la epidemia", ya que fueron colocadas en los hogares donde habían sobrevivido a enfermedades y particularmente al cólera.

La oficina de turismo se encuentra en el número 5-6 de Place du Carrouge, la plaza principal de Saint-Suliac.





Qué ver en los alrededores


El Mont Garrot: Si tenéis tiempo, se puede ir dando un paseo desde la orilla del río hasta la cima de este monte, para contemplar unas magníficas vistas de la bahía de Saint-Suliac. En un día claro, se puede ver también el Mont Dol y el Mont Saint Michel.

El oratorio de Notre Dame de Grainfollet: En 1894 los aldeanos construyeron este oratorio, y desde entonces cada 15 de agosto, se celebra un procesión hasta Grainfollet para venerar a la virgen.

Nuestra visita a Saint-Suliac coincidió con la celebración de una de sus fiestas más populares: "Saint Suliac il y a cent ans", que se festeja el primer fin de semana de agosto.

Al principio nos agobiamos un poco, ya que el pueblo estaba lleno de gente y nos costó bastante encontrar aparcamiento. Habían habilitado unos parkings temporales para la ocasión, que estaban un poco lejos del centro, así que nos tocó andar más de lo esperado. 



Al llegar al centro justo estaba pasando la procesión por sus calles principales, por lo que tuvimos que rodear un poco...pero luego empezó a despejarse la cosa, y pudimos disfrutar mucho de la tarde...además la temperatura y el sol invitaban a ello!🤗

Esta fiesta te da la oportunidad de descubir la vida de la aldea tal y como se desarrollaba a principios del siglo pasado. El evento se desarrolla en varias calles y plazas del pueblo, y permite al público asisitir a conciertos, degustar especialidades culinarias típicas de la región y participar en muchas actividades y juegos populares.

Los juegos se desarrollan a lo largo de su calle principal: "Grande Rue", y son tanto para niños como adultos.




El gran desfile se celebra el domingo por la tarde, y es uno de los momentos más esperados. Los participantes van con los trajes populares, y una vez que termina, la gente aprovecha para merendar en los numeros puestos que hay instalados. Nosotros pudimos probar unos crepes con salchicha y otros con chocolate... ¡Ambos riquísimos!

Sobre las 20 h ya estabamos cansados, así que cogimos el coche y en menos de media hora estabamos en nuestro hotel de Saint Malo. Hicimos el check in, y nos fuimos hasta un restaurante italiano que nos recomendaron. Estaba frente a la playa, y la ciudad nos dio la bienvenida con un precioso atardecer...





Sin duda, había sido una de las etapas más bonitas del viaje, y al día siguiente, Saint Malo nos íba a regalar también unos momentos maravillosos, y de echo fue de las ciudades de Bretaña que más nos gustaron... Pero esto y mucho más, ¡¡en el próximo post!!



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